LA RISTOMANIA

Odiado por unos y querido por otros... La revelación televisiva del momento no es un programa, una serie, un presentador ni un concursante, sino... Risto Mejide. Este miembro del jurado de Operación Triunfo, elevado ya a la categoría de fenómeno mediático, ha dejado a otras célebres y severas examinadoras de OT, caso de Noemí Galera o Pilar Tabares, como verdaderas "hermanitas de la caridad". Y es que, su papel de jurado borde, sus comentarios sarcásticos hacia los concursantes, los profesores e incluso el propio equipo del programa ha hecho que este publicista tenga tantos detractores como admiradores. Adopta una posición chulesca, reclinado hacia atrás en su silla, con sus gafas oscuras, y humilla a los concursantes diciéndoles la verdad que ya saben, pero que nadie se atreve a decirles.

Estoy de acuerdo en que Operación Triunfo es una fábrica de productos para la industria musical, pero a mi parecer, este programa se ha dedicado en los últimos años a encumbrar hasta el altar a sus participantes para después dejarlos caer o reciclarlos en forma de concursantes de reality. Lo cierto es que las actuaciones empezaban a carecer de interés por parte del público y OT necesitaba nuevos alicientes para seguir manteniendo la audiencia, alicientes que consiguió gracias a Risto. Se ha convertido en la estrella absoluta del programa y en un referente de conversaciones de oficina o de bar. Poca gente atendía a las actuaciones musicales de Operación Triunfo como no fuese en función de la reacción posterior de Risto Mejide. "Mi intención es convertirme en pop culture", dijo. Y lo ha consiguido: la cuota de pantalla del programa se duplica en cuanto él aparece en imagen y su fama es tal, que incluso David Fernández, en Buenafuente, ha sacado una parodia de su personaje.

Pero si no tenía suficiente con su aparición en televisión y sus colaboraciones en radio, ahora el publicista se suma a la experiencia literaria y publica El pensamiento negativo Acierta mal y pensarás, de la editorial Espasa Calpe. Un libro que resume así: "Explico unos cuantos fracasos sentimentales más, divago sin fundamento por cuestiones muy serias que no debería haber tomado a la ligera y me cago en todo aquello que me molesta con un estilo pretenciosamente provocador. Hala, ya podéis decir que os lo habéis leído". Y con el que advierte que "la buena noticia es que este libro no te va a ayudar nada. La mala, que lo va a pretender".

Y la verdad es que Mejide, como experto en marketing que es, ha conseguido hacer de su personaje un producto que le convertido en un fenómeno mediático.